LA ORQUESTA DEL TITANIC


Una de las más famosas leyendas del Titanic , el trasatlántico hundido durante su viaje inaugural en la noche del 14 al 15 abril 1912, es la relativa a su orquesta musical.

Durante el hundimiento, los ocho miembros de la banda dirigidos por Wallace Hartley, se situaron en el salón de primera clase en un intento por hacer que los pasajeros no perdieran la calma. Más tarde continuaron tocando en la parte de popa de la cubierta de botes. La banda no dejó de tocar incluso cuando ya era seguro que el buque se hundiría. Algunos testigos dicen que la última canción fue "Mas cerca, ho Dios de ti" y aunque parezca mentira en medio del caos ellos seguían tocando su melodía como si nada pasara, hasta el momento del hundimiento del trasatlántico.

De igual manera hoy en día, muchas veces nuestro comportamiento es semejante al de la orquesta del Titanic, cuando todo a nuestro alrededor es dolor, angustia, desesperación, nosotros seguimos tocando nuestra melodía. Nosotros en nuestras iglesias estamos ocupados en satisfacer nuestras propias “necesidades” sin tener en cuenta lo que el mundo está necesitando.
En la actualidad las iglesias se han convertido en hospitales, en lugar de ser cuarteles donde se alistan las tropas que saldrán a la “conquista” de los perdidos. Claro que la iglesia es el lugar donde se restaura la gente, pero no podemos vivir atendiendo a los que ya han escuchado centenares de veces el evangelio, mientras en la calle hay gente que jamás escucho que Jesús les ama. Por eso es necesario que la iglesia tenga vida de reino.

Jesús les dio un mandato a sus discípulos “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura…”. La palabra evangelio significa buenas noticias y eso es justamente lo que gente necesita. Dios nos está llamando a llevar estas buenas noticias a los que están hundiéndose en el mar de sus problemas y no para que nosotros estemos tocando nuestra melodía.

“El espíritu del Señor está sobre mí,
porque el Señor me ha consagrado, me ha enviado a dar buenas noticias a los
pobres, a aliviar a los afligidos, a anunciar libertad a los presos, libertad a
los que están en la cárcel; a anunciar el año favorable del Señor, el día en que
nuestro Dios nos vengará de nuestros enemigos. Me ha enviado a consolar a todos
los tristes,” (Isaías 61: 1y 2)

HASTA LA PROXIMA VICTORIA!!!
Raúl G. Cuadro

http://conquistadores-en-conquista.blogspot.com/

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