Como Dios nos ve como hijos Amados devocionales cristianos

De acuerdo a las muchas enseñanzas en cuanto a las relaciones, para Jesús el secreto de la felicidad es ser de bendición a los demás. Hoy hablaremos de cómo nos ve Dios y de cómo vemos a las personas que nos rodean.

La mirada de Dios hacia ti

¿Cómo te ve Dios? Su mirada es una mirada de amor. Puesto que te ha rescatado, dando en pago el máximo precio: la vida de su Hijo, Él te ve extremadamente valioso. Te ve perdonado y parte de su familia amada.

Sin embargo, muchas veces uno no vive en esta verdad sino que le cree más a las mentiras del enemigo. Esto se refleja en esas palabras que nos marcan y nos impiden avanzar, esos temores que nos hacen ver la vida color gris cuando en realidad la verdad de Dios es la que nos ha hecho libres de todo eso!

Las mentiras que han apagado tu vida tienen que ser expuestas para que queden sin efecto en tu corazón. Dios tiene un plan contigo y una vida llena de favores. Aunque el mundo sea un lugar que margina y rechaza, Dios es te acepta y te levanta!

Es por eso que el propósito de la Biblia es para que podamos madurar en el amor de nuestro Padre celestial y vivamos de tal manera que no le demos ni el mínimo milímetro al diablo. Tal como declara la Palabra en Efesios 4:26-27 es necesario resolver todo inconveniente antes de irse a dormir para no darle lugar al diablo (también se hace referencia en el Salmo 4:4). Aunque una situación comience mal, no debiera terminar igual. Es bueno esforzarse por buscar la paz y la solución. Tu vida no tiene por que estar llena de tinieblas! Al contrario, ¡tu vida tiene que estar llena de amor!

Para que se suelte en tu vida una santa y gloriosa visitación del Espíritu Santo, es necesario que tengas problemas resueltos.

En la Biblia se habla mucho del amor pero hay un libro en particular donde se habla especialmente de este tema. En 1 Juan tenemos 135 versículos referentes al amor, de los cuales 46 se refieren al amor del Padre. Y si la gente rechazada tiene amargura en su corazón, la gente aceptada y amada tiene alegría! Tu eres aceptado y sumamente amado por Dios! ¿Cómo no derramar amor a quienes te rodean?

Alguien que te defiende

En 1 Juan 2:1 nos habla de que el amor de Dios supera lo que podamos hacer. Cumplamos con su voluntad o no, su amor permanece firme. El camino del cristiano es como la luz del amanecer que va en aumento hasta que el día está completamente iluminado (Proverbios 4:18). Aunque hayas fallado, sigue adelante porque hay alguien poderoso que te defiende!

Alguien que te escucha y te responde

En 1 Juan 5:13-15 la Palabra es bien clara al afirmar que Jesús quiere que seas feliz. Tus oraciones llegan a sus oídos y son agradables en su presencia. Dios quiere concederte las peticiones de tu corazón. Sigue perseverando y verás cosas maravillosas!

Si somos escuchados y defendidos, esto también tenemos que brindarles a los demás

En 1 Juan 4:11 habla de que si somos llenos del amor de Dios, si Él nos escucha y nos defiende, entonces esto también tenemos que darle a quienes nos rodean. Es necesario que demos de lo que recibimos. Aunque seamos tan diferentes, en Cristo somos un cuerpo donde las diferencias se complementan. Todos somos útiles en las manos del Señor. Todos tenemos un plan personal. Pero también tenemos un llamado a amar a quien tenga a mi lado, tenga el carácter que tenga.

Por tanto, dejemos de lado el dedo acusador, la murmuración y brindemos nuestra ayuda amorosa, nuestra paciencia y misericordia (San Juan 13:35). Si estoy viendo una debilidad en mi hermano, solo me dedico a comentarlo o estoy dispuesto a ofrecerle mi ayuda?

Sin duda, la misericordia triunfa sobre el juicio

A menudo nos resulta más fácil criticar, observar los errores ajenos y mostrar nuestro desagrado, sin embargo el lastimar a los demás no trae soluciones. Al contrario, solo trae dolor y mayores heridas que alejan a las personas del amor de Dios. Si el Señor te tiene paciencia, es necesario que también la pongamos en práctica hacia quienes nos cuesta demostrarla. Las personas espirituales no ven el defecto sino que ven el potencial de esa persona, el tesoro en vasos de barro.

Dios mira lo que ha depositado en cada vida.
En Apocalipsis 1:5 la Palabra declara lo que Jesús ha hecho con nosotros. Nos ha amado y también nos ha lavado de nuestras transgresiones. Por tanto es necesario vivir en ese amor, consolidarnos en él y crecer.

Tenemos el ejemplo de José, que vivió el rechazo de su familia, las injusticias de un mundo cruel y sin embargo al final de la historia, cuando tuvo la posibilidad de recriminarle a sus hermanos todo el dolor que le habían causado, él entendió el propósito que Dios había tenido con su vida y en lugar de rencor pudo vivir en victoria y así enseñarle a los demás. Sus palabras fueron (Génesis 50:20): “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien”.

Quienes amamos a Dios, vivimos en una vida de victoria. Aunque debamos pasar tormentas pasajeras, si mi mirada está puesta en él y en su Palabra, entonces todo terminará encaminándose para bien. Nada ni nadie nos podrá separar de su amor, su protección y sus propósitos (Romanos 8:38-39)!!

Los que conocemos a Dios, ¿cómo vemos a los demás?
Es muy importante tener en cuenta dos aspectos vitales en nuestras relaciones:
1) Cambiar el rechazo por el amor. Tenemos que ver a la gente como Dios la ve. Él mira con ojos de amor y no de rechazo y condena. Aunque vivamos en un mundo difícil, conviviendo con gente muy diferente a nuestra forma de ser y actuar, debemos imitar el ejemplo de Jesús. Él compartía su mesa con publicanos y pecadores, y lejos de compartir también sus pecados, les demostraba su amor. Sin contaminarse, les mostraba su amor. Muchas veces en lugar de acercarnos con amor generamos una distancia enorme que aleja a la gente de Dios. Los no creyentes no actuarán como creyentes a menos que los ayudemos a creer en el amor de Dios.
2) Amar a las personas con ojos de gracia, lo cual es el favor inmerecido. Aunque no se lo merezcan, si hemos recibido el amor de Dios de gracia, es necesario que también amemos así. En 1 pedro 4:8 habla de que el amor cubrirá multitud de pecados y en Santiago 2:13 habla de que es más importante la misericordia que el juicio.

El juzgar trae división y es un espíritu contrario al del amor del Padre. La misericordia es el emblema con el cual nos tenemos que diferenciar. No esperes cambiar a una persona con tus palabras, más bien espera que Dios obre en su corazón y vela por poder levantar a los débiles con misericordia y amor. La iglesia de Cristo tiene la misión de predicar un evangelio de amor y libertad! Si eres defendido por tu abogado personal en los cielos y tus peticiones son escuchadas y respondidas, ¿cómo estar pendiente de los errores de los demás? Brinda amor y atención y verás como el poder del espíritu Santo te renueva cada vez más!
claudio freidzon

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