Propósito de las promesas divinas

Pastora Iveth Bonilla

La experiencia no enseña que hacerle una promesa a un niño y no cumplirle, es lo peor que le pudiera suceder a una persona, una vez lanzado el compromiso verbal no habrá marcha atrás, porque solo quedarán grandes instantes, minutos u horas de insistencia total hasta su cumplimiento. Pues en el reino de Dios donde debemos ser crédulos como niños, caminar bajo promesas divinas es solo un estilo de vida donde al igual la lucha y la perseverancia se hacen palpables hasta que éstas se hagan una realidad.

“Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda.*

Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina.”
2Pe 1:4 NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL

Con la finalidad de aclarar el término promesa debemos a referirnos a su procedencia, en el griego viene de la palabra epaggelia cuyo significado es: compromiso a hacer algo libre y voluntariamente, no por la fuerza, ni siquiera por mutuo acuerdo, como lo sería un pacto. Nuestro Creador por amor nos ofreció libremente a su Hijo para que en él se cumplieran todas las promesas y sueños del antiguo pacto, recibiendo él así el derecho de otorgarnos los más preciosos y formidables dones que solo él pudiese conceder.

Asimismo, Dios se compromete con el ser humano, su máxima creación, a otorgarle el poder y el conocimiento de su voluntad para que las promesas se hagan una realidad, llevándolo a su propósito.

Hacernos participes de su naturaleza divina, facultándonos para escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos.

En cuanto a gozar de su naturaleza se refiere al crecimiento, desarrollo y carácter de la santidad de Dios en el ser humano, la cual se ofrece con el perdón de los pecados que nos incluye a todos y nos capacita para huir del mal.

“En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar”
Hechos 2:37
NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL


En toda la extensión de la palabra, perdón es: la restauración de una relación perdida. Donde el hombre provocó un abismo en su comunión y compañerismo con Dios para vivir su propia rebeldía, Dios creó un puente espiritual por medio de nuestro Señor Jesucristo para acercarlo otra vez. Con esta entrega de amor lo que queda es crucificar la naturaleza pecaminosa, sus obras y placeres por medio del Espíritu, (Romanos 8: 13) para darle el paso a Cristo el Señor con toda su autoridad. Adoptar el estilo de Dios genera por el poder del Altísimo toda la energía y vigor necesarios ante la tentación y la concupiscencia humana.

Con la restauración que ofrece el sacrificio de Jesucristo, podemos ser amigos de Dios y volver a la casa del Padre para recibir la vida en el tiempo y en la eternidad.

“…pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura”.
1 Timoteo 4:8
LA BIBLIA DE LAS AMERICAS

Piedad: un don de todo el ser, una respuesta del corazón regenerado que no se basa en una religión formalista que cumple mecánicamente los ritos impuestos.

¡El pecado no puede esclavizarnos otra vez, tenemos una nueva naturaleza!

La finalidad de las promesas es que podamos unirnos más a Cristo y a su palabra para disfrutar de los beneficios de dicha relación espiritual, para esto es necesaria la diligencia, es decir el esfuerzo hacia los valores agregados por el Espíritu como lo son la fe, la virtud, el conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y finalmente coronar con el amor.

Conducirnos en el desarrollo de las virtudes cristianas
(Virtud: denota una excelencia moral motora de acciones rectas y dignas, es el efecto de la fe en acción).

La fe se demuestra no solo por la obras,

“Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta. Sin embargo, alguien dirá: "Tú tienes fe, y yo tengo obras." Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras”.
Santiago 2:17-18
NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL

Sino por la virtud que produce bondad y excelencia moral, en cuyo efecto resulta en estimación pública como un testimonio que glorifica a Dios.

“Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración,(virtud) en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio”
Filipenses 4:8
NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL

Asimismo cuando estás dos la fe y la virtud se unen al conocimiento, provocan en nosotros la admisión práctica del poder, la autoridad divina, su soberanía y sus mandamientos, esto es crecimiento espiritual. Se llega al verdadero conocimiento creyendo y actuando según las convicciones recibidas.

“Pero conozcan mejor a nuestro Señor y Salvador Jesucristo y crezcan en su amor. ¡Gloria a él ahora y para siempre! Amén.
1Pedro 3:18
DIOS HABLA HOY

Seguidamente el conocimiento se une al dominio propio que hace referencia al señorío del espíritu del hombre, a ser dueños de nosotros mismos en todo tiempo.

“Más vale ser paciente que valiente;
más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades.
Proverbios 16:32 NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL

En la lista de manifestaciones del fruto del Espíritu que se presenta en Gálatas 5:21 aparece con el nombre de templanza ofreciendo la culminación de la misma. El concepto que nos sugiere es que solo el Espíritu puede capacitarnos en el ejercicio que conlleva ser dueño de uno mismo. De que aprovecharía tener gran conocimiento de las Escrituras pero no llevarlo a la práctica por falta de moderación o control de si mismo.

El dominio propio se une a la paciencia que trae la serenidad ante los conflictos cotidianos, lo cual debe cultivarse diariamente para lograr el éxito en el desarrollo de la piedad revelada en la ternura y compasión hacia los demás.

El afecto fraternal disuelve las contiendas que puedan darse entre hermanos ayudándonos a soportarnos los unos a los otros a pesar de las debilidades personales.

“Sobre todo, amaos los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados. “ 1Pe 4:8 BIBLIA AL DÍA

“Haya sobre todo mucho amor entre ustedes, porque el amor perdona muchos pecados”.
1Pe 4:8 DIOS HABLA HOY

Las promesas de Dios nos permiten vivir en santidad para participar de la naturaleza divina, no que ya seamos perfectos pero estamos en el proceso de elevarnos por encima del espíritu corrupto del mundo.

Es tiempo de disfrutar de las preciosas y grandísimas promesas que el Todopoderoso nos ha hecho. ¿De cuál de esas promesas te apoderas en esta hora? ¿Cuál es el pasaje bíblico que te hace soñar y levantarte cada día? Si no lo tienes aún búscalo y hazlo rhema en ti.

¡Adelante hacia el cumplimiento de sus promesas!

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