“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” (Hebreos 12:1)
Ni te cargues ni te aflijas. Si aceptaste a Jesús libre y voluntariamente no puedes seguir pecando. Practicar el pecado en esta carrera no te conviene, de lo contrario no llegarás a la meta.
En el mundo éramos pecadores pero ahora somos nueva criatura y este nuevo ser no puede estar ligado al pecado pues Cristo pagó el precio de nuestro perdón.
Para que puedas correr no puedes estar pesado. El pecado y tú no pueden ser amigos. Desde el momento que aceptaste a Cristo levantaste una bandera que dice “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1)
Permítale a Dios ser Dios en su vida entregándole todo y dejando que el obre con usted.
“puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Hebreos 12:2)
Debemos mantenernos enfocados. Cuando le bajamos la cabeza al adversario estamos aceptando una derrota. Debemos estar con la cabeza en alto, mirando al Señor y declarando la palabra; al otro lado siempre estará Dios y no importa lo que pase siempre debemos estar con nuestros ojos puestos en él.
Sufrir la cruz es muy diferente a que haya sido crucificado en la cruz. Aquella cruz no era fácil, Jesús la sufrió y la cargó; El sabía que iba a padecer la muerte más horrenda y más baja. La muerte de cruz era una maldición y Jesús se hizo maldito por nuestra causa. La sentencia de muerte más menospreciable era la cruz y Jesús la sufrió porque El estaba enfocando en algo más grande que no estaba relacionado con la cruz, ni el problema ni el dolor. Existía algo por encima de la cruz y del sufrimiento que lo mantenía vigoroso y fuerte con todo el anhelo de seguir hacia adelante.
¿Cómo puede haber gozo en un sufrimiento? Cuando el sufrimiento que estas pasando tiene un resultado es a causa de ese final que estamos esperando por el cual continuamos hacia la meta. No importa los resultados, las críticas ni la persecución.
Jesús sufrió la cruz por amor a nosotros porque él sabía que no había otra forma ni manera por el cual pudiera sacarnos del lodo de la desesperación y del pecado. El sabía que no había otra forma de comprarnos; no existía otro medio de rescate ni ninguna otra cosa que se pudiera hacer para salvarnos.
¡No te rindas! Imita a Jesús y sigue hacia adelante.
Aprende a ver lo que Dios quiere que veas, mira las cosas que van a prevalecer. No mires lo que no sirve.
“menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Hebreos 12:2)
La palabra menospreciar habla de no tomar en cuenta y desechar; por lo tanto podemos decidir lo que nos detiene y lo que aceptamos. ¡Podemos decidir!
Corta toda murmuración y deséchala. Deshazte de las pequeñeces que te tienen atrasado. Satanás sabe que un reino dividido no puede prevalecer y se pasa segmentando a la iglesia, ¡desecha esto!
El oprobio habla de la ignominia, de la afrenta y la deshonra.
La causa por la cual Jesús fue a la cruz del calvario fuimos nosotros, por lo tanto debemos pagarle con mejores actitudes y actuaciones.
Aprende a sufrir porque el que no lleva su cruz y le sigue no puede ser digno de él.
El hombre quiso deshonrar hasta lo sumo a Jesús a través de la cruz, pero gracias a que él pudo menospreciar el oprobio tuvo acceso directo a sentarse al lado del trono de Dios.
“Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.” (Hebreos 12:3)
Cuando te sientas triste, sientas que el enemigo te este rodeando, cuando los pensamientos acechen, cuando todo el mundo quiere detenerte; recuerda todo lo que pasó Jesús para que pudieras estar donde estas parado hoy. ¿A quién estas mirando?… ¡Solamente mira a Jesús, pon tu mirada en él!
“Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; ” (Filipenses 2:1-10)
Jesús pudo conquistar su victoria en forma de hombre como nosotros pero en santidad, en él no había pecado.
No te desenfoques estás en una carrera que tienes que terminar. La biblia dice” Caerán a tu lado mil más a ti no llegaran”, pero debes estar enfocado.
Si estas determinado a alcanzar la meta y el premio tienes que aprender a menospreciar todos los ataques del diablo. Mantente enfocado mirando a Jesús y declara continuamente la victoria y la bendición.
El que dijo que te dará la victoria te la dará, pero debes mantenerte enfocado.
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