Somos capaces de abrir puertas espirituales de bendición o cerrarlas nosotros mismos. Dios quieres contestar nuestras oraciones, pero muchas veces nosotros levantamos el bloqueo para la respuesta.
En el pasaje de Mateo 7:7-12 Dios nos invita a pedir, buscar y llamar para que él nos conteste, pero al final deja algo que a primera vista parece no tener mucha relación, la regla de oro, la cual puede ser nuestra luz para seguir el camino correcto: “Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas.”
No es casualidad que esto esta a continuación. Si deseamos que todas nuestras oraciones sean contestadas debemos poner en practica la ley del amor y tratar a los demás como nos gustaría que nos traten a nosotros mismos, luego Dios abrirá las ventanas de los cielos para contestar nuestras oraciones. Debemos aprender cada día a agradar a Dios en todo, a practicar la justicia, a dar ayuda, a perdonar, a no juzgar y a comprender a nuestro prójimo en sus conflictos. Esta es una llave para despejar los cielos de toda respuesta divina. Así como nuestro padre celestial es bueno con nosotros así tenemos que ser nosotros con los demás y llegar a ser instrumentos de justicia.
“Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente? Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan! Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas”. Mateo 7:7-12
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