¡Que nuestros ojos se abran para ver la grandeza del don de Dios!
¡Que podamos descubrir la vastedad de los recursos escondidos en
nuestro propio corazón! Yo podría gritar de júbilo al pensar que el
Espíritu que mora en mi no es una mera influencia sino una persona viva;
¡que es el mismísimo Dios! ¡El Dios infinito dentro de mi corazón!"
Por Watchman Nee
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