Entusiasmo, la chispa de la vida


 Entusiasmo, la chispa de la vida ¡Lleno de Dios! Filipenses 4:4

El área afectiva en la vida del cristiano  es también importante para vivir un cristianismo de excelencia, puesto que es donde la fuerza motriz de la voluntad humana genera tal energía que mueve de una manera casi milagrosa a la persona para realizar sus actividades con mayor dedicación y entusiasmo.
Una persona con una vida emocional triste, melancólica, pesimista, frustrada y desilusionada nunca va a disfrutar lo que hace y todo lo que haga lo hará de mala manera y pésima calidad. En cambio, una persona que llena de alegría, felicidad  y entusiasmo realiza sus tareas, disfruta  lo que hace y lo hace con excelencia.
¿Cuántas ocasiones hemos deseado que la gente haga lo que le corresponde con una buena actitud, que lo haga con amor?


Predicadores, pastores, maestros de escuela dominical, integrantes del grupo de alabanza y líderes en general que muestran su frustración y enojo al estar frente a la iglesia. Iglesia que asiste a los cultos, pero se encuentra desmotivada, apática, indiferente y hasta aburrida. Desde luego que lo anterior para nada agrada a Dios y a nosotros no nos edifica.
 Hace falta hacer las cosas con entusiasmo en nuestra vida. Para agradar al Señor y ser de bendición para toda la iglesia. 

ENTUSIASMO. Literalmente significa en Dios o lleno de Dios.
Es una cualidad que toda persona debe tener en su vida, de especial manera los cristianos. Ya que sabemos, y esto, de una manera bíblica, doctrinal y teológica, los cristianos somos el templo de Dios; cada creyente en Jesucristo es  ¡Casa de Dios!  Porque ¡Dios vive en nosotros!
Ahora, si Dios vive en nosotros, y esto no es sólo un concepto filosófico, ni un lema religioso, sino que es ¡una declaración de Dios mismo, ya que el Señor Jesucristo lo enseñó!:
“... y vendremos a él y haremos morada en él”. (San Juan 14: 23).
 Y,  el apóstol Pablo lo amplió de esta otra manera: 
“... ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, es cual está en vosotros...” (I Cor. 6: 19).
No existe duda alguna, los cristianos tenemos a Dios morando en nosotros, ¡somos su templo!


LA REALIDAD


Dios en nosotros, es más que un pensamiento, una oración, un credo: ¡Es una realidad por fe. Fe en Dios y en su Palabra!
 La interrogante aquí es la siguiente: ¿Sí creemos que Dios vive en nosotros, por qué nuestra vida está falta de entusiasmo buena parte del año?


Nuestro entusiasmo muchas veces está según las circunstancias de la vida, nuestro entusiasmo sube y baja de acuerdo a cómo nos esté yendo en la vida, nuestro entusiasmo a veces depende de cómo nos trata la vida misma. 
Esto no es creer que Dios está en nosotros, es más bien,
¡LA GRAN INCREDULIDAD DE CREER QUE DIOS ESTÉ CON NOSOTROS!

¿Cuántas ocasiones hacemos lamento por lo que nos pasa? ¿Cómo reaccionamos al momento de ir mal las cosas para nosotros? ¿Cuánta tristeza y dolor sentimos en nuestro corazón por enterarnos que padecemos una enfermedad?
Las respuestas a las anteriores interrogantes nos indican sí estamos creyendo verdaderamente que a pesar de todo Dios vive en nosotros o no.


UN CRISTIANO ENTUSIASTA.


Un hombre entusiasta y una mujer llena de entusiasmo son personas que testifican con su actitud la creencia que Dios está en su vida. Viven llenos de Dios, sin importar las enfermedades; viven llenos de Dios, aún en medio de los problemas; viven llenos de Dios, a pesar que los resultados no sean los esperados en su vida; viven llenos de Dios, a pesar de las críticas y burlas de la gente.
Su entusiasmo no decae nunca, por el contrario, su optimismo, felicidad, fe, trabajo, y deseo por concluir satisfactoriamente su proyecto, por alcanzar sus metas, por ser felices siempre son visibles en su personalidad.
¡Contagian a quienes los rodean!, ya que en ellos siempre existe un ánimo tremendo por vivir cada día y disfrutar al máximo la vida misma; porque Dios está en ellos; y lo comparten con quienes los rodean.

Su entusiasmo es visible, palpable y notable cada vez que ríe, que habla, que canta, que testifica, que predica, que imparte un estudio, que presenta un proyecto de trabajo ante su departamento, que realiza cualesquiera de las actividades de la iglesia.

Su entusiasmo lo aplica en el taller, la oficina, el consultorio, el despacho, el negocio y en todo lugar donde trabaja, presta sus servicios o vende un producto. A todo lo que hace le inyecta entusiasmo.

El entusiasmo lo aplica a su vida en el hogar, al estar con la esposa, los hijos y demás familiares. No se queja, no reclama, no insulta, no amenaza, nunca muestra fastidio con nadie, sino que es una persona comprensiva, llena de amor y perdón, es alguien dispuesto a ayudar en los quehaceres de la casa.
Un concepto de que Dios vive en él le da esa calidad de vida. 

EXCELENTE SALUD.


El creyente con una vida entusiasta, una vida llena de amor, fe y alegría goza de buena salud física. Está comprobado científicamente que las personas con una vida afectiva saludable gozan de una vida libre de enfermedades y, también, es más rápida su recuperación al enfermarse.


El entusiasmo en la vida del creyente logra este milagro de ser una persona saludable y que vive por más años. Ya que está permitiendo que sea Dios quien tome control de su vida emotiva, que él la dirija y sobre todo, que el Espíritu Santo la moldee a la imagen de Cristo.


Una vida llena de entusiasmo permite que el cristiano acuda a dormir y descanse con toda la confianza, que sus sueños sean dulces y placenteros. Que al otro día despierte con un entusiasmo por vivir ese nuevo día. Con enormes ganas por vivir el día que Dios ha creado para él. Libre de afán, de preocupación, de conflictos y de momentos dañinos para su vida, pero con unas enormes ganas de trabajar, estudiar y hacer lo que le corresponde (Salmos 3:5,8).


Un cristiano lleno de entusiasmo es una persona con una excelente salud física que se refleja en todo lo que hace, ya que es consciente, lo hace como para el Señor. 


 LA GRAN PREGUNTA.


¿Cómo está el entusiasmo en tu vida? ¿Tu vida está llena de entusiasmo? ¿Está motivada por esa chispa para hacer las cosas con alegría y felicidad? ¿Vives o existes? ¿En todo lo que realizas miras la intervención del Señor siempre a tu favor? 

Conclusión:
¡Llénate de Dios cada vez más! ¿Cómo?
No dejes de asistir a las actividades de la iglesia local. Lee cada día tú Biblia. Ora a Dios en el Nombre de Jesucristo. Permite al Espíritu Santo que produzca su fruto en tu carácter. Vive intensamente cada día lleno de Dios. 
¡Ese es el secreto de seguir lleno de Dios, ser entusiasta! - Hermilo Rojo Venegas



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