Me cuesta decir NO

Es algo muy común. A todos nos pasa. Si hago un rango de intensidad de 1 a 10, en el cual 10 es nunca poder decir NO! hay muchas personas que se ubicarán en ese lugar, porque no pueden negarse a nada ni a nadie. Pero esto trae como consecuencia una carga tremenda.

¿Por qué me cuesta decir NO?

Es porque no se poner límites emocionales. Decir NO genera conflictos, es decir, al negarme genero un momento de tensión, de angustia, de malestar. Se genera una situación incomoda para las partes involucradas. Me cuesta decir NO porque me da miedo, temor.

Cuando a todos digo SI, aunque no tenga deseos de hacerlo forjo bronca contra mi mismo, me siento abusado. Soy una conjunción de sentimientos encontrados, que están a punto de detonar.

Al no poder contenerme más, y cansarme de decir SI exploto y quienes me rodean viven esa situación como un rechazo de mi parte, creen que estoy fuera de mis cabales.

¿De que me escapo?

Me escapo de la angustia, del dolor. Escapo de todo aquello que me genera angustia, como los problemas familiares, presiones económicas, problemas con amigos, etc. Esto me lo enseño el Pastor y Psicólogo Manfred Krause.

¿Por qué llego a esto? ¿Por qué siempre digo SI?

En la obra de teatro “Salsa criolla” de Enrique Pinti, se realiza una critica sobre la historia argentina. En un momento de la obra un norteamericano le pregunta a un argentino: “¿Cómo llegó un país que tiene todo, que supo ser potencia en la década del cuarenta, a estar tan mal?” y el argentino responde: “…de a poco”.

Y esto me pasa, de a poco llegué a decir SI a todo y a todos. A veces por querer cumplir con todos me exijo demasiado. A veces me pongo objetivos que quiero cumplir con los demás, y creo que llevándolos a cabo seré feliz o tendré tranquilidad. Pero esto no es real, hacer muchas cosas, recargarme de tareas que no solucionan un problema no termina en nada. Me quedo solo candado por la sobre exigencia.

Tengo un límite, pero no tengo que buscar llegar a él, sino saber cuando decir BASTA.

A veces digo SI buscando la aceptación de otro, porque tengo miedo al rechazo. Hay personas que pagan con favores o dinero las amistades. Son regaladores compulsivos, prefieren no tener lo que necesitan para dárselo a otros y así obtener su cariño. Pero el dinero, los regalos y los favores no comprar la amistad.

Puedo tener una esposa, pero un matrimonio no paga la fidelidad; puedo tener una casa pero no un hogar; puedo tener un trabajo pero no sentirme lleno con mi tarea; puedo hacer regalos pero no por ello encontrar una amistad recíproca, que me ame de la misma manera.

También decir SI es la consecuencia de tener miedo al conflicto con quien me solicita su favor. Si estoy junto a personas que me quieren, no se sentirán mal porque les ponga un límite, lo cual es sano. Si esa persona deja de quererme por haber puesto un límite significa que esa relación no era conveniente para mi, porque me iba a terminar consumiendo.

Otro de lo motivos por los cuales no puedo decir NO es por los padres sobreprotectores. Hay padres que no dejan hacen todo por su hijo, sin darse cuenta que ese niño en el futuro no sabrá hacer nada. La sobreprotección es mucho más destructiva que el abandono, no solo a nivel emocional sino también a nivel físico.

Cuando no puedo decir NO, no puedo poner un límite aparece la bronca, la autocondenación, la culpa. No poder decir NO me lleva a estar en el “Circulo de la rata”. Los cobayos en sus jaulas tienen una rueda de metal que gira, el animal se sube a ella y la rueda gira sin parar. Lo interesante es ver que corre mucho, se agota pero no llega a ningún lado, está siempre en el mismo lugar. A veces entramos en un círculo vicioso, nuestra relación familiar, con los amigos, conmigo mismo; siempre estoy en el mismo lugar, cometo los mismos errores y no cambio. 

Debo entender que lo que crece está en constante evolución, y lo que no crece esta más cerca de la muerte.

Una persona que no puede decir NO está tomada de sus manos con muchas cuerdas, una con la familia, otra con los amigos, otra con los vecinos; todos van a tirar de la cuerda porque quieren él. El problema es que se da tanta cuerda que esa persona se queda sin vida propia.

Cuando digo BASTA los demás se pueden asombrar, preguntarse: “¿cómo puede ser?”. No siempre significa que el otro me este usando, sólo está tomando de mi lo que le doy; por ello el problema se genera cuando pongo un límite.

Hay quienes creen que el amor es solamente dar, pero el amos es dar concientemente. Yo puedo dar hasta que me empieza a doler ¿Por qué? Porque no lo podré sostener en el tiempo, va a ser una relación que se destruirá.

Si una persona se siente herida, molesta o no le gusta que yo no le de algo, es porque en esa relación no había con reciprocidad.

La Biblia, que es el manual del ser humano, dice: “que tu si sea si y que tu no sea no”. Esto significa dos cosas: 

1- Que haya coherencia entre lo que siento y lo que digo: en Coaching (entrenamiento interpersonal)  se habla de la 3º columna: una cosa es lo que pienso, otra lo que digo y otra lo que pienso.  La 3º columna, lo que pienso, es muy importante porque me va a mantener en la relación con los demás.

2-  Que mantengas tu decisión: cuando soy una palabra estoy obligado a cumplirla, y lo que siga debe estar en acuerdo con lo que siento.

La Biblia dice que aquello que yo diga o piense tiene que estar de acuerdo con lo que siento, sino será un problema. Si siempre digo SI, aunque sienta por dentro que es NO generó en mí un conflicto interno que me llevará a lastimarme a mi mismo y estar siempre como un puercoespín.

El filosofo alemán Martín Heidegger decía que los seres humanos somos como puercoespines que en invierno buscan unirse por el calor, pero como nos lastimamos nos separamos y terminamos en soledad.

Debo acercarme a los demás hasta donde yo pueda, hasta donde no me lastime. Si no puedo decir NO terminaré saturado, cansado, usado (aunque eso no refleje la realidad).

Un árbol tiene un fuerte tronco y muchos ramas, q representan muchas de mis vivencias, pero es la raíz la que hace que todo aquello salga. Debo poder detectar cual es la raíz que tengo que cortar para que las ramas que me lastiman desaparezcan.

Muchas veces no puedo decir NO porque me dañaron, porque mis padres me han criado así, porque me cuesta poner límites, porque tengo miedo de lastimar a otros, porque no aprendí a valorarme. Reconocer esto es bueno, pero solo vemos las ramas. ¿Cuál es la raíz de esto? La raíz principal es que no puedo decir NO porque siento que no tendré la aceptación de los demás, tengo la necesidad de aprobación constantemente.

No tendré la aprobación necesaria hasta que no acepte que Dios me ama. Porque es Él quien me da la aprobación como ser humano que debe desarrollarse y ser feliz. Dios me ama con amor eterno, desde antes de mi creación y hasta después de mi muerte. Sabiendo de su amor tendré descanso y tranquilidad.

- Mensaje de Leonardo Espinosa | contacto@pasionxlavida.com.ar | Seguir en Facebook

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