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Es todo un desafío pedirle al Señor que escudriñe nuestro corazón, para hacer esa oración peligrosa, se necesita ser muy valiente porque de seguro una vez que la hagamos algo va a suceder, no va a hacer nada agradable lo que vamos a ver y es casi seguro de que vamos a decir ¿esa soy yo? pero es muy necesario hacerlo primero para conocernos y reconocer lo que no esta bien, segundo para que podamos crecer y lograr una estabilidad emocional. Es muy común para nosotras las mujeres pasar horas frente a el espejo, maquillándonos, peinándonos, haciendo cambio de ropas, zapatos y accesorios, toda mujer tiene un espejo en su casa en lo posible bien grande y nunca faltan en la cartera es importante siempre estar arregladas y presentables pero hay un espejo que es mas importante, es el espejo del alma, donde solo nos podemos mirar con la luz del Señor, decir: “llego el momento de abrir mi corazón y ver quien soy”, quitar las mascaras que le pusimos a nuestro corazón. No te podes enfrentar a vos misma si no te conoces, cuando el pueblo de Israel iba a la guerra antes de la batalla estudiaba a sus enemigos conocía sus debilidades sus puntos débiles para atacar y vencer, muchas veces nosotras somos nuestras propias enemigas nos autodestruimos con pensamientos negativos, la maravillosa obra del creador, diciendo palabras como estas: no valgo nada, no puedo hacerlo, no soy inteligente, no soy capaz, hay otras mejores, yo no nací para brillar. Mira dentro tuyo y se sincera con vos misma quita las mascaras de engaños y mentiras simulando que esta todo bien reconoce que hay una parte de tu vida que es tu enemiga, vence esa parte tuya que te quiere aplastar, enfréntate a vos misma y renuncia a lo que esta matando tu vida espiritual, a lo que te hace sentir menos y toma la victoria en esta batalla, elegí la mejor parte empeza a tomar autoridad y que tu voz sea escuchada. Que todo el mundo sepa que estas presente, la identidad acredita quienes somos, aprende a respetarte, no vales por lo que posees sino por el solo hecho de ser una hija de Dios; esa es nuestra identidad, amate como te ama el señor ¡como su princesa única!
¡Cuando lo hagas, vas a experimentar la verdadera libertad! SOS UNA VENCEDORA. Todo el potencial que Dios puso en tu vida va a explotar!
Cada vez que venga un pensamiento negativo a tu vida y quiera invadir tu mente, confróntalo, no te auto boicotees, no permitas que estos pensamientos te impidan avanzar, reemplázalos por un pensamiento positivo, ¡Vos podes!
¡Comenza a brillar! La victoria es tuya. Recupera tu verdadera identidad y decite a vos misma: “Soy una mujer victoriosa porque se con quien caminar en la vida".
Marcela Pagella
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