Si ora a Dios, Él hará justicia devocional cristiano


El día menos pensado, una acusación en el trabajo. Varias cajas con destino a proveedores de químicos se habían perdido. “Es Aleyda, la que dice ser cristiana”, comentó alguien y de inmediato, como si se tratara de un reguero de pólvora, la versión se extendió por toda la fábrica y pronto, desde el vigilante hasta las secretarias, estaban hablando del asunto.

Para la joven el mundo se tornó gris, un verdadero caos. No sabía qué hacer para sobreponerse a la pesada carga que representaba el que la calificaran como una ladrona. Oró mucho a Dios. Le pidió su ayuda. “Sabes que soy inocente”, le repetía en su clamor.

En tanto pasaban los días y pese a la defensa que hizo de su inocencia, la convicción sobre su autoría seguía creciendo entre los compañeros de trabajo. La mujer no dejaba de orar. Simplemente creía que Dios haría justicia. “Tengo mi conciencia tranquila”, solía repetir.

Un sábado, antesala de un fin de semana festivo, las autoridades fueron alertadas sobre la presencia de un vehículo a la entrada de la factoría en horas no laborables. Cuando llegaron los agentes de policía, descubrieron a uno de los operarios cargando cajas con químicos, lo que a la postre llevó a descubrir una intrincada red de ladrones que venía operando desde tiempo atrás.

Aleyda vio la mano de Dios. Él respondió con poder. Escuchó sus oraciones y mostró a todos que ella tenía su conciencia tranquila, como no se cansaba de repetir.

¿Tienes una conciencia tranquila?

No hay nada más alentador y gratificante para una persona, que una conciencia tranquila. Que nada nos perturbe. No deberle nada a nadie, salvo el amor, como lo señalan las Escrituras al recordar que debemos amar con amor de Dios a quienes nos rodean, incluso, a quienes nos causan daño.

El autor sagrado, Pablo, uno de los más batalladores de la historia del cristianismo, lo explicó en los siguientes términos: “Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros. Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o también entendéis; y espero que hasta el fin las entendáis; como también en parte habéis entendido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús. .”(2 Corintios 1:12-14)

No hay nada más alentador que una conciencia tranquila. Poder tener la paz de que nadie puede levantar acusación en contra nuestra. Es la convicción íntima de que nos estamos moviendo conforme a la voluntad de Dios, y recuerde: la voluntad de Dios plasmada a través de principios contenidos en la Biblia, no atenta contra los derechos de los demás ni les afecta; por el contrario, les trata con amor, como a nuestro prójimo.

Es muy fácil predicar, pero difícil cumplir. Y nuestra meta no debe ser tanto la de ocupar un púlpito para predicar sino que la predicación sea nuestra propia vida, sin mancha de ninguna clase.

¿Quién nos ayuda a tener paz de conciencia? Dios, cuando nos sometemos a Él y le pedimos que trate con nuestro ser hasta estar moldeados conforme a Su voluntad, santa y perfecta y que siempre quiere nuestro bienestar.

El poder de la oración ante los ataques

Cuando recibimos ataques y todo parece estar en contra, no hay nada mejor que depositar nuestra confianza en el Señor y creer que Él sacará a luz nuestra justicia. Volvemos nuestra mirada a Él, clamamos, confiamos, creemos y esperamos Su mover. No le quepa la menor duda que responderá de manera prodigiosa, poniendo en evidencia quién es el verdadero responsable de la situación por la que le están infamando a usted.

Oramos a Dios y esas oraciones, con fe, tocan Su corazón. Recuerde que las Escrituras señalan que el apóstol escribió que “La oración del justo puede mucho.”(Santiago 5:16). Es una promesa para usted, para mi, para todos aquellos que nos atrevamos a creer en el poder divino.

Si está atravesando por una situación difícil y quiere que le ayudemos a interceder, no dude en compartirnos su petición ahora mismo. Basta que nos escriba un email a pastorfernandoalexis@hotmail.com o que se comunique con nosotros al (0057)317-4913705

© Fernando Alexis Jiménez

2 comentarios:

vivoencristo dijo...

si, es la verdad no devemos jusgar a nadie. aun que nos hagan mucho daño,cada ves que alguien te haga daño, dile te amo y mi dios tambien te ama y pidele al señor que todo lo puede, que el jusgue y mas importante pidele por esa persona que te hiso daño para que la ayude y guie por el buen camino ,,,, no guardes ningun rencor..

soledad minguillo dijo...

muchas gracias a nuestro señor Jesus por el mensaje y a ud pastor por compartirlo es muy importante para n osotros alimentarnos espiritualmente cada dia. le pido por favor ore por mi salud fisica,columna desviada y artrosis. se que por las llagas del señor Jesus ya he sido sanada y es por fe que espero en el. que el señor siga bendiciendo su ninisterio.

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